DEPRECIACIÓN
En el ámbito
de la contabilidad y economía, el término depreciación se
refiere a una disminución periódica del valor de un bien material o inmaterial.
Esta depreciación puede derivarse de tres razones principales: el desgaste debido
al uso, el paso del tiempo y la vejez. También se le puede llamar a
estos tres tipos de depreciación; depreciación física, funcional y
obsolescencia.
DEPRECIACIÓN
DEL ACTIVO EN CONTABILIDAD
Se utiliza
para dar a entender que las inversiones permanentes de la planta han disminuido
en potencial de servicio. En contabilidad, la depreciación es una manera de
asignar el coste de las inversiones a los diferentes ejercicios en
los que se produce su uso o disfrute en la actividad empresarial. Los activos se
deprecian basándose en criterios económicos, considerando el plazo de tiempo en
que se hace uso en la actividad productiva, y su utilización efectiva en dicha
actividad. Una deducción anual de una porción del valor de la propiedad y/o
equipamiento.
También se
puede definir como un método que indica el monto del costo imputable al gasto,
que corresponda a cada periodo fiscal.
La
depreciación es el mecanismo mediante el cual se reconoce el desgaste que sufre
un bien por el uso que se haga de él. Cuando un activo es utilizado para
generar ingresos, este sufre un desgaste normal durante su vida útil que el
final lo lleva a ser inutilizable. El ingreso generado por el activo usado, se
le debe incorporar el gasto, correspondiente desgaste que ese activo ha sufrido
para poder generar el ingreso, puesto que como según señala un elemental
principio económico, no puede haber ingreso sin haber incurrido en un gasto, y
el desgaste de un activo por su uso, es uno de los gastos que al final permiten
generar un determinado ingreso.
Al utilizar
un activo, con el tiempo se hace necesario reemplazarlo, y reemplazarlo genera
una derogación, la que no puede ser cargada a los ingresos del periodo en
que se reemplace el activo, puesto que ese activo generó ingresos y significo
un gasto en más de un periodo, por lo que mediante la depreciación se
distribuye en varios periodos el gasto inherente al uso del activo, de esta
forma solo se imputan a los ingresos los gastos en que efectivamente se
incurrieron para generarlo en sus respectivos periodos.
Otra
connotación que tiene la depreciación desde el punto de vista financiero y
económico, consiste en que al reconocer el desgaste del activo por su uso, se
va creando una especie de provisión o de reserva que al final permite ser
reemplazado sin afectar la liquidez y el capital de trabajo de la empresa.
Supongamos que una empresa genera ingresos de $1.000 y unos costos y gastos que
sin incluir la depreciación son de $700, lo que significa que el beneficio será
de $300, valor que se distribuye a los socios. Supongamos también, que dentro
de esos $300 que se distribuyen a los socios, están incluidos $100 por concepto
de depreciación, que al no incluirla permiten ser distribuidos como utilidad.
¿Qué sucedería en 5 años, cuando el activo que genera los $1.000 de ingresos
debe ser reemplazado? Lo que sucede es que no habrá recursos para adquirir otro
activo que sustituya al anterior, puesto que los recursos con que se debía
reemplazar fueron distribuidos. De ahí la importancia de la depreciación, que
al reconocer dentro del resultado del ejercicio el gasto por el uso de los
activos, permite, además de mostrar una información contable y financiera
objetiva y real, permite también mantener la capacidad operativa de la empresa
al no afectarse su capital de trabajo por distribución de utilidades
indebidas.
La
depreciación, como ya se mencionó, reconoce el desgaste de los activos por su
esfuerzo en la generación del ingreso, de modo pues, que su reconocimiento es
proporcional al tiempo en que el activo puede generar ingresos. Esto es lo que
se llama vida útil de un bien o un activo, el tiempo durante el que un activo
se mantiene en condiciones de ser utilizado y de generar ingresos.
La vida útil
es diferente en cada activo, depende de la naturaleza del mismo. Pero por
simplicidad y estandarización, la legislación Colombiana,1 por
ejemplo, y de manera similar casi todas las regulaciones, han establecido la
vida útil a los diferentes activos clasificándolos de diferentes grupos:
·
Inmuebles (incluidos los oleoductos)
20 años
·
Barcos, trenes, aviones,
maquinaria, equipo y bienes muebles 10 años
·
Vehículos automotores y
computadores 5 años
Caso de Colombia
Aunque la
vida útil de los activos ha sido fijada por norma, esta no es inflexible, pues
en la realidad económica, algunos activos ya sea por su naturaleza o por el
uso, pueden tener una vida útil diferente a la establecida por decreto, razón
por la cual, el legislador consecuente con esta realidad, en el artículo 138
del Estatuto Tributario, establece la posibilidad de fijar una vida útil
diferente, previa autorización del director general de impuestos nacionales.
Respecto a
la depreciación, se suele hablar de una depreciación contable y una fiscal,
puesto que contablemente, aunque la vida útil por lo general es la misma que en
la fiscal, se pueden utilizar diferentes métodos de depreciación, de los cuales
algunos no son aceptados fiscalmente, aunque la norma tributaria es muy general
al permitir su cálculo por cualquier “sistema de reconocido valor técnico
autorizado por el subdirector de fiscalización de la administración de
impuestos o su delegado. (Art. 134, E.T) La vida útil de los activos está
regulada por una norma tributaria,2 por
lo que respecto a la vida útil de los activos, mal se puede hablar de una
depreciación contable o fiscal. Esta diferencia se presenta, principalmente en
los métodos de depreciación y en el tratamiento que se le de cómo deducción. Ya
que fiscalmente, la depreciación de algunos activos tiene tratamientos
especiales, como puede ser el caso de los bienes recibidos en arrendamiento.
Respecto a
la contabilización (forma de llevarse a la Contabilidad) de la depreciación,
esta es un crédito en la cuenta del activo respectivo (1592)
disminuyéndolo, y un débito en la cuenta de gastos (5160 o 5260). La
depreciación que se lleva a la cuenta del activo se denomina depreciación
acumulada, puesto que esta año a año se va acumulando la alícuota
correspondiente hasta depreciar completamente el activo, lo que conlleva a que
al final de la vida útil del activo, el valor de la depreciación acumulada sea
igual al valor del activo, lo que lo deja con un saldo cero.
La cuenta de
la depreciación acumulada se debe ajustar por inflación, ajuste que va a
incrementar el saldo de la depreciación acumulada, al tiempo que disminuye el
ingreso por corrección monetaria al ser su contrapartida un débito a
la cuenta de ingresos por corrección monetaria (4705).
Según el
decreto 2649 de 1993, los activos adquiridos durante el mes no son objeto de
Ajustes por inflación y por ende tampoco se deprecian, en vista que un activo
solo se deprecia después de estar ajustado. Los ajustes por inflación han sido
derogados tanto para efectos contables como fiscales. Ver: Decreto 1536 de mayo
de 2007 y Ley 1111 de 2006.
Es de
aclarar que todos los activos fijos son objeto de depreciación, a excepción de
los terrenos, puesto que se supone que estos no se desgasta por el uso, por lo
que en el caso de las construcciones y edificaciones, antes de proceder a
depreciarlos, se debe primero excluir el valor del terreno sobre el que esta la
construcción. Respecto a esta teoría, de que los terrenos no se desgastan por
su uso, cabria preguntarse que pasa con lo terrenos dedicados al explotación
agrícola, que por causa de la erosión propia de la explotación
antitécnica, terminan por dejar inservibles las tierras de cultivo en unos
cuantos años, situación que es muy común en los campos Colombianos.
MÉTODOS DE
CÁLCULO DE LA DEPRECIACIÓN
Para el
cálculo de la depreciación, se pueden utilizar diferentes métodos como la línea
recta, la reducción de saldos, la suma de los dígitos y método de unidades de
producción entre otros.
Método de la suma de los dígitos del año
Este es un
método de depreciación acelerada que busca determinar una mayor cuota de
depreciación en los primeros años de vida útil del activo. La fórmula que se
aplica es: (Vida útil/suma dígitos)*Valor activo
Donde se
tiene que:
Suma de los
dígitos es igual a la suma de la vida útil más la vida útil menos 1; hasta que
sea igual a 0.
Ahora
determinemos el factor.
Suponiendo
el mismo ejemplo del vehículo tendremos: Suma de los dígitos 5+4+3+2+1=15.
Luego(vida
útil/suma de dígitos), 5/15 = 0,3333
Es decir que
para el primer año, la depreciación será igual al 33.333% del valor del activo.
(30.000.000 * 33,3333% = 10.000.000)
Para el
segundo año:
4/15 =
0,2666
Luego, para
el segundo año la depreciación corresponde al 26.666% del valor del activo
(30.000.000 * 26,666% = 8.000.000)
Para el
tercer año:
3/15 = 0,2
Quiere decir
entonces que la depreciación para el tercer año corresponderá al 20% del valor
del activo. (30.000.000 * 20% = 6.000.000)
Y así
sucesivamente. Todo lo que hay que hacer es dividir la vida útil restante entre
el factor inicialmente calculado.
Método de la reducción de saldos
Este es otro
método que permite la depreciación acelerada. Para su implementación, exige
necesariamente la utilización de un valor de salvamento, de lo contrario en el
primer año se depreciaría el 100% del activo, por lo que perdería validez este
método.
La fórmula a
utilizar es la siguiente:
Tasa de
depreciación = 1- (Valor de salvamento/Valor activo)^(1/n)
Donde n es
el la vida útil del activo
Como se
puede ver, lo primero que se debe hacer, es determinar la tasa de depreciación,
para luego aplicar esa tasa al valor no depreciado del activo o saldo sin
depreciar o no se depreciará hasta el siguiente año.
Método de las unidades de producción
Este método
es igual al de la línea recta en cuanto se distribuye la depreciación de forma
equitativa en cada uno de los periodos.
Para
determinar la depreciación por este método, se divide en primer lugar el valor
del activo por el número de unidades que puede producir durante toda su vida
útil. Luego, en cada periodo se multiplica el número de unidades producidas en
el periodo por el costo de depreciación correspondiente a cada unidad.
Ejemplo: Se
tiene una máquina valuada en $10.000.000 que puede producir en toda su vida
útil 20.000 unidades.
Entonces,
$10.000.000/20.000 = $500. Quiere decir que a cada unidad producida se le carga
un costo por depreciación de $500.
Si en el
primer periodo, las unidades producidas por la máquina fueron 2.000, tenemos
que la depreciación por el primer periodo es de: 2.000 * 500 = 1.000.000, y así
en cada periodo.
Presupone
que la depreciación es función del uso o la productividad y no del paso del
tiempo. La vida del activo se considera en términos de su rendimiento (unidades
que produce) o del número de horas que trabaja. Conceptualmente, la asociación
adecuada del costo se establece en términos del rendimiento y no de las horas
de uso; pero muchas veces la producción no es homogénea y resulta difícil de
medir. (Costo menos valor de desecho) X horas de uso en el año = cargo por
Total de horas estimadas o depreciación
Método lineal
Este método
supera algunas de las objeciones que se oponen al método basado en la
actividad, porque la depreciación se considera como función del tiempo y no del
uso. Este método se aplica ampliamente en la práctica, debido a su simplicidad.
El procedimiento de línea recta también se justifica a menudo sobre una base
más teórica. Cuando la obsolescencia progresiva es la causa principal de unida
de servicio limitada, la disminución de utilidad puede ser constante de un
periodo a otro. En este caso el método de línea recta es el apropiado. El cargo
de depreciación se calcula del siguiente modo: Costo Histórico Original menos
valor de desecho, todo eso entre la vida útil (tiempo dado de vida del activo)
= Cargo por depreciación de la vida estimada de servicio. Este método sencillo
se basa en la determinación de la cuota que es proporcional (igual o constante)
en función de la vida útil estimada.
Métodos decrecientes
Los métodos
decrecientes permiten hacer cargos por depreciación más altos en los primeros
años y más bajos en los últimos periodos. El método se justifica alegando que,
puesto que el activo es más eficiente o sufre la mayor pérdida en materia de
servicios durante los primeros años, se debe cargar mayor depreciación en esos
años. Por lo general con el método del cargo decreciente se siguen dos
enfoques: el de suma de números dígitos o el de doble cuota sobre valor en
libros.
Suma de números dígitos
Da lugar a
un cargo decreciente por depreciación basado en una fracción decreciente del
costo depreciable (el costo original menos el valor de desecho). Con cada
fracción se usa la suma de los años como denominador (5+4+3+2+1=15), mientras
que el número de años de vida estimada que resta al principal el año viene a
ser el numerador. Con este método, el numerador disminuye año con año aunque el
denominador permanece constante (5/15,4/15,3/15,2/15 y 1/15) al terminar la vida
útil del activo, el saldo debe ser igual al valor de desecho.
Doble cuota sobre valor en libros
Utiliza una
tasa de depreciación que viene a ser el doble de la que se aplica en línea
recta. A diferencia de lo que ocurre con otros métodos, el valor de desecho se
pasa por alto al calcular la base de la depreciación. La tasa de doble cuota se
multiplica por el valor en libros que tiene el activo al comenzar cada periodo.
Además, el valor en libros se reduce cada periodo en cantidad igual al cargo
por depreciación. De manera que cada año la doble tasa constante se aplica a un
valor en libros sucesivamente más bajo
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