lunes, 29 de agosto de 2016

4.5.5 FASES DEL CICLO

Fase de turbulencias


La experiencia profesional nos ha hecho comprender la importancia de esta etapa, que a veces llega a pasar tan desapercibida por su carácter efímero en el tiempo y la circunstancia de que algunos autores no la contemplan. ¿Pero qué sucedió con los diferentes productos o servicios de las «punto com» que afloraron en España y en el resto de los países?
Tuvieron un brillante nacimiento, con importantes respaldos financieros, pero sus resultados al año fueron negativos y su valor en Bolsa se desplomó, por lo que se redujeron drásticamente plantillas y muchas «punto com» cerraron... ¿Significó esto que las empresas de internet estaban condenadas al fracaso? No, rotundamente no, pero al ser un producto nuevo no se supo gestionar y darle las herramientas precisas para que pasara a la siguiente etapa con las mejores garantías de éxito.
Ahí es donde radica el activo del auténtico marketing: ser consciente de que el producto, como todo ser vivo, tiene un ciclo que hay que controlar y «medicar», cuando está en sus primeros meses.
Por tanto, podríamos enmarcar esta etapa como en la que se pueden llegar a producir fuertes convulsiones en la trayectoria del producto, tanto por las presiones externas o del mercado como internas por la propia empresa en sus luchas políticas y de personal. Lógicamente, si se sabe tener dominio sobre las circunstancias que las producen, la solución vendrá pronto y hará que inicie la siguiente etapa fortalecida.

Fase de crecimiento


Superados los esfuerzos técnicos, comerciales y de comunicación, propios de la fase anterior, incluso de la de turbulencias, si hubiesen existido, el producto puede fabricarse industrialmente y el mercado se abre, lo que permite un desarrollo paulatino de sus ventas. Esta fase se caracteriza por:
  • Ascenso vertical de las ventas.
  • Se alcanzan elevados porcentajes en su mercado potencial.
  • Se va perfeccionando el proceso de fabricación.
  • Se realizan esfuerzos para aumentar la producción.
  • Empiezan a aparecer nuevos competidores en número creciente.
  • Posible aparición de dificultades de tesorería debido a la gran expansión.
  • Costes de fabricación todavía altos.
  • Precio elevado.
En resumen, esta fase se caracteriza por una rentabilidad positiva que debe reinvertirse, en su totalidad, para financiar el crecimiento y los esfuerzos técnicos, comerciales y de comunicación propios de la misma. Una empresa que tenga la mayoría de sus productos en esta fase arrojará, en balance, altos beneficios, pero, de forma incomprensible para el accionista, no pueden repartirse dividendos, ya que el esfuerzo de financiación exigido es muy importante.

Interrogantes y estrategias en esta etapa

A)  Producto

  • ¿Podemos empezar a fabricar en series largas?
  • ¿Empezamos un estudio de posibles modificaciones?
  • ¿Han surgido problemas de calidad y fabricación de productos?
  • ¿Tenemos muchas reclamaciones en el departamento posventa?
  • ¿Es el momento de ampliar la gama?
  • ¿Nos abrimos a nuevos mercados?

B)  Precio y condiciones

  • ¿Revisamos los precios de venta?
  • ¿Qué precios tiene la competencia?
  • ¿Fijamos una política de precios disuasorios?
  • ¿Modificamos las condiciones a los canales intermediarios?
  • ¿Incentivamos la exclusividad comercial de nuestros productos?

C)  Canal de distribución

  • ¿Abrimos nuevos canales?
  • ¿Qué grado de aceptación tiene el producto por su calidad y condiciones económicas?
  • ¿Creamos un equipo de apoyo para los canales?
  • ¿Qué resultado se obtiene de los estudios comparativos en los diferentes canales?
  • ¿Abandonamos alguno en beneficio de otros más rentables?

D)  Organización comercial

  • ¿Estamos cubriendo los objetivos marcados?
  • ¿Debemos ampliar la red comercial?
  • ¿Tenemos que buscar nuevos incentivos para el equipo comercial?
  • ¿Cuál es el grado de integración de los vendedores con el producto?
  • ¿Es hora de comenzar el e-commerce?

E)  Campaña de comunicación

  • ¿Estamos diferenciándonos de los mensajes de la competencia?
  • ¿Hemos reforzado al máximo las campañas?
  • ¿Estamos diseñando una política de creación de imagen de marca?
  • ¿Estamos consiguiendo hacer marca?

Fase de madurez


Toda política de lanzamiento de un producto tiene como objetivo llegar a esta etapa, cuyas principales características son:
  • Las ventas siguen creciendo, pero a menor ritmo.
  • Las técnicas de fabricación están muy perfeccionadas.
  • Los costes de fabricación son menores.
  • Gran número de competidores.
  • Bajan los precios de venta; puede llegarse a la lucha de precios.
  • Gran esfuerzo comercial para diferenciar el producto.
En resumen, la rentabilidad no es tan elevada como en la fase anterior, pero se producen excedentes de tesorería (ya que no hay necesidad de grandes inversiones), lo que permite el reparto de buenos dividendos, o invertir en otros productos que se hallen en las primeras fases de vida.

Interrogantes y estrategias en esta etapa

A)  Producto

  • ¿Hemos realizado todas las ampliaciones posibles en la gama?
  • ¿Qué modificaciones debemos realizar para permanecer más tiempo en esta etapa?
  • ¿Abandonamos la producción y dejamos la imagen de producto estrella?
  • ¿Encajará el producto en otros mercados?
  • ¿Hemos obtenido conclusiones válidas en el estudio comparativo con nuestra competencia?

B)  Precio y condiciones

  • ¿Hemos llegado a la optimización de los costes?
  • ¿Hasta dónde podemos variar el precio?
  • ¿Hacemos partícipe al canal de la bajada de los costes?
  • ¿Realizamos una política de liderazgo, basándonos en una política de precios agresiva?
  • ¿Se sigue motivando para el lanzamiento del producto modificado?

C)  Organización comercial

  • ¿Reestructuramos el equipo de ventas?
  • ¿Revisamos la política de incentivos?
  • ¿Es el momento de crear un plan de incentivos en especies (viajes, coches, equipos varios, etc.)?

D)  Canal de distribución

  • ¿Se están obteniendo todos los beneficios fijados para el canal?
  • ¿Acepta el canal modificaciones en el producto?

E)  Campaña de comunicación

  • ¿Realizamos una campaña de mantenimiento o masificamos los mensajes?
  • ¿Basamos la estrategia de comunicación en beneficio de la imagen de la empresa?
  • ¿Se reducen las inversiones en comunicación?
  • ¿Intensificamos las campañas de promoción?

Fase de declive


El paso del tiempo, la evolución de los gustos y necesidades de los clientes nos conducen a esta etapa. Sin embargo, no todas las empresas son conscientes de que han llegado a ella. Por el contrario, hay compañías que antes de que un producto se acerque a esta etapa lo retiran del mercado en plena madurez.
Según mi experiencia, se puede decir que cuando un producto llega a esta fase, ha de permanecer en ella el mínimo tiempo posible y siempre de forma transitoria pues las ventas entran en declive, los beneficios disminuyen más por la escasa demanda que por los costes y la imagen de marca empieza a deteriorarse. Todo aquel que supere esta etapa es un gran profesional del marketing, ya que las presiones a las que se ve sometido son inmensas y desde todas las áreas de la empresa, incluso las del capital que, a veces, impiden abandonar o modificar el producto que marcó el origen de lo que hoy en día es la empresa.
En resumen, esta etapa se caracteriza porque la rentabilidad sigue descendiendo, aunque habitualmente se producen excedentes de tesorería por la desinversión. Hay que renovar o abandonar el producto.

Conclusiones del estudio de las fases


Situar los productos en su fase es, sin duda, un paso previo e indispensable para orientar la política de marketing de la empresa. Así, por ejemplo, sería absurdo realizar un gran esfuerzo para reducir el coste de un producto en fase de crecimiento, cuando en realidad los esfuerzos deben encaminarse a activar y atraer hacia sí una demanda creciente. Si bien este análisis tiene gran utilidad desde el punto de vista conceptual, el principal inconveniente que surge al intentar su aplicación a un producto concreto es la gran dificultad para situarlo en su correspondiente fase de vida. Las razones se basan principalmente en:
  • El carácter interdisciplinario del marketing.
  • La duración de las fases es muy variable.
  • Es frecuente que los productos en sus últimas etapas no sigan un camino descendente hacia el declive, sino que se produzcan fluctuaciones debidas a innovaciones técnicas que se incorporan a los mismos.
  • En algunos productos (principalmente los de temporada) es muy rápido el proceso que va de la primera a la última fase, de forma que un análisis anual de este tipo no tiene utilidad.
  • Internet a nivel conceptual debe pasar por las mismas fases.
No obstante, a pesar de estas dificultades, las informaciones que se obtienen de este análisis justifican, en la mayoría de los casos, hacer un esfuerzo para intentar situar el producto en su respectiva fase de vida.

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